¿Qué pueden tener en común Don Quijote de la Mancha y Superman?
Además de ser personajes de ficción, poco y nada. Sin embargo, ambos son el paradigma de dos estilos que sólo pretenden ser reflejo de un anhelo inmanente en todo ser humano: ser más de lo que natura puede dar.
El hombre nunca estuvo conforme con sus limitadas condiciones físicas y morales. No le bastaba con la agudeza de sus cinco sentidos y su inteligencia. Además , quería volar, atravesar paredes, poseer una fuerza descomunal, mirar a través de los muros, derrotar solo a una docena de enemigos, ser inmortal, imbatible con la espada, rapidísimo con el revólver, etc., etc. Y además, se da por entendido, justiciero y amigo de los débiles y pobres.
Ahora bien, para lograr este prototipo de héroe, el hombre recurrió a la más poderosa y exclusiva de sus cualidades: la imaginación. Con ella, configuró a los hombres históricos, bíblicos y mitológicos. Nacieron así Ulises, Sansón, Aquiles, El Cid, D’Artagnan, Batman, Superman, El Zorro, Rambo, Terminator… y también Don Quijote de la Mancha. Quienes pretendían lo mismo: ser paladín de la justicia.
Sólo que el caballero de la Triste Figura, hidalgo de cincuenta y tantos años de edad, entusiasmado tanto por la lectura de libros de caballería, terminó enloqueciendo. Y esa locura es la que marcó la diferencia.
“El Quijote loco –como lo dice Esther Díaz, doctora en Filosofía y docente de la UBA- todo lo embellece; no quiere ver molinos de viento, pero sí gigantes que son mucho más poéticos. Se resiste a ver lo feo de la realidad”.
Pero quien no acepta la realidad tal como es y pretenda evadirse emulando a sus héroes tiene, también, algún tipo de locura. Triste es recordar los innumerables casos de niños que imitando a sus personajes favoritos (pretender volar como Superman) sufren más de algún deterioro físico y en los peores casos, la muerte. ¿Acaso esos niños no padecieron los mismos síntomas que Don Quijote, que emulaba a los antiguos caballeros medievales?
El héroe
Superman es heredero directo de la cultura greco-latina. Sin embargo, la idea del súper hombre siempre estuvo presente en la historia de la humanidad. Aunque Superman no es un hombre, es un extraterrestre.
El antihéroe
El Quijote no tiene antecedentes. El destartalado caballero es una figura original. A partir de él, surgió uno que otro antihéroe. El Chapulín Colorado sería el último.
El héroe
Superman es joven y bello. La juventud y la belleza son atributos indispensables de la bondad. El bueno, al menos en la ficción, no puede ser feo. Su físico (caja torácica, bíceps, estatura, etc.) está acorde con su fuerza.
El antihéroe
El Quijote es feo y viejo. Inicia sus aventuras a los 55 años. Su humanidad es escuálida. Muy flaco como para inspirar temor.
El héroe
El súper héroe, por lo general, tiene novia de grandes cualidades humanas. Luisa Lane, la enamorada de Superman, además de bonita, es inteligente y profesional. Y si bien, el argumento central de las historias no es de tipo romántico, se da a entender que la relación que llevan ambos es la ideal.
El antihéroe
Dulcinea del Toboso, una simple moza labradora, es la amada del Quijote. En realidad se llama Aldonza Lozano y es rebautizada por el caballero de la triste figura, que insiste, además, en conferirle cualidades que no posee. Desde luego, su amor no es correspondido.
“Su calidad –dice Don Quijote de Dulcinea-, por lo menos ha de ser la de princesa, pues es reina y señora mía; su hermosura sobrehumana, pues en ella se vienen a hacer verdaderos todos los imposibles y quiméricos atributos de la belleza que los poetas dan a sus damas”.
El héroe
Es un personaje con poderes físicos extraordinarios. Sin embargo, se mueve en un ambiente normal, real y contemporáneo.
El antihéroe
No posee ninguna cualidad sobrenatural. Es más, no posee ninguna cualidad natural que lo ayude en sus luchas imaginarias. Tiene un permanente conflicto con la realidad que no logra diferenciar. Pretender ser un caballero andante, como los que existían en Europa tres o cuatro siglos antes.
El héroe
Es respetado y querido. Todos piden su colaboración cuando se trata de resolver algún caso de tipo policial.
Superman siempre soluciona los problemas.
El antihéroe
Es un personaje burlado e impopular. Por más que lo intenta, nunca puede servir a la justicia. Las causas nobles sólo existen en su mente.
El Quijote siempre provoca los problemas.
Tanto el héroe (que vive consciente, pero es irreal) como el antihéroe (que vive inconsciente, pero es real) se nutren de la locura y la fantasía. Ninguno de los dos vive la realidad, que les queda chica y les resulta insoportablemente aburrida.
Fuente: Resistencia realista