Super Sons #13
«La trampa de los padres» – Parte Uno
Guión: Peter J. Tomasi. Lápices: Carlo Barberi. Tintas: Art Thibert. Portada: Giuseppe Camuncoli. Portada alternativa: Dustin Nguyen
Talia al Ghul regresa a por su hijo Damian, a quien entrenó desde su nacimiento para ser un asesino. Cuando el malvado pasado de Robin finalmente le es revelado a Superboy, tal vez sea demasiado como para que la sociedad de los Super Hijos sobreviva… ¡especialmente cuando los niños descubren que la próxima víctima de ella es una de las personas más importantes en sus vidas!
Resumen
Comenzamos en la Escuela Privada West-Reeve, donde Jon está jugando con sus compañeros. Durante esta actividad física, disimula el hecho de que es más poderoso que todos los demás.
Damian llega en helicóptero y es recibido por Jon. Como siempre, Damian se las arregla para ser un imbécil, tanto para Jon como para sus compañeros de clase.
Durante el almuerzo, Jon invita a Damian a practicar deporte con él y los otros estudiantes. Damian siente que no está solo, y ambos descubren que su madre Talia Al Ghul los está mirando desde las sombras. Talia le dice a Damian que se una a ella en su nueva búsqueda como asesina, viendo como ella ayudó a convertirlo en el «arma» que él es hoy, Damian se niega y Talia se va.
Después de la escuela, los chicos estudian más a fondo los movimientos de Talia, y Damian descubre donde ella y su ejército atacarán… Gotham.
Una vez que llegan a Gotham, los chicos hacen un corto trabajo de asesinos de Talia, y Damian descubre el próximo objetivo de Talia… Lois Lane.
Opinión
Esta serie arrancó el año pasado con uno de los debut más fuertes de la historia reciente, gracias en gran parte al equipo de Peter Tomasi y Jorge Jiménez. El título se ha suavizado un poco a lo largo del año, y los arcos posteriores nunca han alcanzado las mismas alturas que los primeros números. Sin embargo, la química entre Robin y Superboy es innegable, al igual que el encanto de ver a estos grandes personajes interactuando entre sí y creciendo como héroes.
Saliendo de la admirable falta de acierto del crossover «Súper Hijos del Mañana», los chicos entran en su segundo año como equipo con su decimotercera entrega. ¿Ha recuperado el título el encanto de sus primeros días, o se ha quedado atascado en una rutina con una dirección poco clara?
Yo creo que es más lo primero que lo segundo, aunque con algunas reservas. Aunque la historia en sí misma no hace mucho para emocionarme, me encanta el trabajo de personajes y el diálogo más que suficiente para dar a este número sea bueno.
Como recordaréis, tanto Damian como Jon estaban matriculados en el colegio West-Reeve de Metrópolis. Jon juega e interaciona, ya que es un niño normal, bueno, normal, normal tampoco es ya que puede volar, pero me habéis entendido, pero Damian es… bueno, Damian es Damian. Fiel al personaje, Damian lleva en la manga su desprecio por la escuela y por sus compañeros de clase. Es asombroso que este pequeño gilipollas sea tan simpático, pero Tomasi hace un gran trabajo de mostrar afecto por él mientras que todavía resalta los aspectos menos agradables de su personalidad.
Es cuando su madre aparece, Damian muestra la mayor vulnerabilidad, tratando de mantener una fachada dura frente a su «verdadero destino». Talia quiere que Damian acepte su herencia de Al Ghul, que rechaza rotundamente. Y sin embargo, a pesar de rechazar la propuesta de su madre, se nota que está cansado. Damian quiere hacer lo correcto y desea distanciarse de su madre y de su abuelo, pero su pasado sigue volviendo para tratar de atraerlo. Suena a muchos de los trabajos que Tomasi y Patrick Gleason hicieron sobre Batman y Robin, particularmente en sus intentos de adherirse a la regla de no matar de Batman. Podréis decir lo que queráis sobre la actitud de Damian, pero ha visto un crecimiento notable a lo largo de los años y sigue siendo un personaje increíblemente complejo.
La trama, tal como está, es relativamente fina este número, con muy poco sucediendo en realidad. Una buena parte de la narrativa está dedicada a los días escolares de Jon y Damian, que son exquisitos. Una vez que Talia aparece e intenta atraer a Damian de vuelta a su «destino», hay algunos indicios de una dirección, pero todavía es relativamente discreta. Hay muy poca acción, así que Carlo Barberi, Art Thibert y Gabe Altaeb no tienen la oportunidad de inyectar mucho estilo visual, pero es un trabajo realmente sólido.
Definitivamente no es aburrido si prestas atención al título del arco: «La trampa de los padres». Hemos visto a los niños interactuar con sus padres en múltiples ocasiones, pero los Super Hijos no han tenido tantas relaciones con sus madres, al menos como un equipo. Si toda esta historia se desarrolla como parece al final del número, veremos un enfrentamiento entre Lois Lane y Talia. Nunca lo hubiera imaginado, pero ahora estoy casi aturdido por la idea de que esas dos mujeres fuertes se enfrenten.
La semana pasada se reveló que la serie Super Sons terminará en mayo con su decimosexto número. No por la mala venta, Peter Tomasi lo ha prometido, sino porque los chicos van a formar parte de «grandes planes». Es triste, ya que me ha encantado ver a los niños crecer y ser amigos durante el último año. Ahora que hemos llegado a la recta final para el título, hay una nota agridulce en estas aventuras. Ciertamente los echaré de menos, incluso después de todos sus altibajos, y espero que finalmente se conviertan en el mejor equipo del mundo tanto como el de de sus padres.