Superman: El Hombre de Acero #3
Guión y dibujo: John Byrne
Entintador: Dick Giordano/Terry Austin
Color: Tom Ziuko
Portada: John Byne/Dick Giordano
Coincidiendo con el estreno del épico trailer de Batman v Superman: Dawn
of Justice desde Mundo Superman os ofrecemos la siguiente reseña con el
primer encuentro entre Superman y El Hombre Murciélago en el universo
post crisis. Una fantástica historia que merece mucho la pena volver a
narrar.
Resumen
En los oscuros callejones de Gotham City, un enorme maleante llamado Toro huye en mitad de la noche, sin embargo es interceptado por Batman que cae sobre él desde los tejados buscando información acerca del paradero de «La Urraca» otra criminal que planea un robo, el maleante más asustado por lo que pueda hacerle «La Urraca» que de Batman logra escapar del Hombre Murciélago, Batman se rehace iniciando la persecución pero en ese instante alguien coge su Batcuerda, se trata de Superman que ha volado hasta Gotham para detener al vigilante.
Batman se suelta de la cuerda saltando al vacío, Superman temiendo por la vida del vigilante intenta rescatarlo, sin embargo el Hombre Murciélago se ha resguardado en una azotea contigua, desde allí le dice a Superman que se aparte, no obstante el Hombre de Acero insiste en detenerle y Batman le dice que antes de tocarle use su visión de infrarrojos y detectará un campo de fuerza que si es sobrepasado por Superman activará una bomba que matará a un inocente en Gotham City dejando perplejo al Último Hijo de Krypton.
Batman le explica a Superman que limpiar una ciudad repleta de delincuentes como Gotham City de es muy diferente a hacer proezas para salvar al mundo y que por eso utiliza ciertos métodos reprobables, y que perseguía a Toro porque el maleante es un sicario de «La Urraca» quien ha asesinado a varios joyeros robándoles sus mercancías.
Mientras tanto en otra zona de Gotham City, Toro ha logrado llegar al lugar donde se esconde «La Urraca» junto con otros sicarios, la criminal está sumamente enfadada ya que no tolera errores y considera que por culpa de Toro el Hombre Murciélago podría capturarlos, uno de los sicarios sugiere que tal vez deberían abandonar la ciudad durante una temporada, a lo que «La Urraca» se niega, ya que aún queda un golpe que dar robando la «Colección Mc Dowell Bryan de huevos Fabergé», la criminal nuevamente se vuelve hacia Toro diciéndole que merece un castigo paralizándole al instante con una aguja envenenada para después introducirle un cartucho de dinamita en la boca causando una enorme explosión que mata al delincuente.
Superman, gracias a sus poderes, oye la explosión y la risa de «La Urraca», se lo comenta a Batman que le pide que le guíe al lugar donde se ha producído la explosión, el lugar es el Museo de Antigüedades de Gotham abandonado hace años y ahora escondite de la criminal y sus secuaces- los dos héroes irrumpen allí, atrapando a varios sicarios, sin embargo «La Urraca» escapa lanzando un gas tóxico que corroe todo lo que alcanza, Superman lo absorbe y vuela al espacio para expulsarlo.
Al regresar a Gotham observa como Batman se encuentra a punto de entrar a un coche, el Hombre de Acero aterriza preguntando a Batman si pensaba huir y éste le responde que no, si no que en el maletero de ese vehículo tiene un mini laboratorio con el que puede analizar los pedazos del vial que contenía el gas tóxico para así poder localizar los lugares en los que ha estado la mujer, a través de un microscopio Batman detecta una fibra de una antigüedad de unos cinco mil años y le dice a Superman que le siga, ya que acaba de averiguar dónde se encuentra la criminal.
En la sala de museo, «La Urraca» se encuentra hablando con ella misma, enfadada por la captura de sus esbirros y por el hecho de que tal vez no pueda llevar a cabo el golpe que planea, Batman aparece de las sombras, llamando a la criminal por su nombre – Margaret Pye – y diciéndole que ha deducido dónde trabaja. Superman arrebata a la mujer la peluca que lleva desenmascarándola, la mujer se derrumba despertando un sentimiento de compasión y pena en Superman, a lo que Batman replica que es lógico que le dé pena, pero él siente más pena por las víctimas que ha causado con sus robos.
Minutos más tarde desde una azotea contigua, Superman y el Hombre Murciélago observan cómo la policía se lleva detenida a la mujer, y un Batman resignado dice que antes de que Superman llegue a Metrópolis, «La Urraca» estará en libertad porque las cosas funcionan así en la corrupta Gotham, Superman comienza a entender el motivo por el cual Batman actúa fuera de la ley y le dice que parece el hombre adecuado para hacer ese trabajo, Batman se aleja pero Superman le dice que no se vaya que aún tienen un tema pendiente, el Hombre Murciélago se gira entregándole a Superman la bomba que él mismo llevaba en su cinturón.
Superman queda sorprendido al ver que Batman estaba poniendo en riesgo su propia vida todo el tiempo y éste le dice que era la única forma de engañarle debido a que con los grandes poderes del Hombre de Acero, podría haber averiguado al instante si mentía.
Superman se aleja de allí diciendo que le mantendrá vigilado y dejando allí a un pensativo Batman reflexionando acerca de que quizás en otra realidad podrían haber sido amigos.
Opinión
Un cómic enorme, Byrne nos brinda el primer encuentro post Crisis de los dos héroes, durante años hasta ese momento teníamos historias absurdas tales como Batman y Robin iban al Ártico hasta la Fortaleza de la Soledad con una tarta para celebrar el cumpleaños de Superman, con el chico maravilla incordiando todo el tiempo y ambos héroes con muy buen rollito en su amistad.
Byrne, como digo, nos ofrece una historia adulta, enfrentando a los dos personajes, luz y oscuridad, con un Batman hastiado de limpiar una ciudad que disfruta estando sucia con un Superman idealista y novato como testigo procedente de la resplandeciente Metrópolis.
Ni rastro de esa amistad que durante años tuvieron, al revés, desconfían el uno del otro, y sí, después en esta continuidad llegarían a ser aliados y conocerían sus identidades secretas compartiendo grandes y numerosas aventuras, pero nada de la amistad absurda pre-Crisis.
En definitiva, otra obra maestra para nuestra biblioteca de cómics con un John Byrne a los lápices inspiradisimo.