RESEÑA DE SUPERMAN: AMERICAN ALIEN #7 (ÚLTIMO NÚMERO)

SUPERMAN: AMERICAN ALIEN #7

«Valkiria»

Guión: Max Landis
Dibujo: Jock
Color: Lee Loughridge
Portada: Ryan Sook
Portada alternativa: Jock

Tras una potente explosión en el centro de Metrópolis, Superman se encuentra con que el culpable es un alienígena de piel blanca que pilota una moto voladora. Clark intenta que el cazarrecompensas entre en razones, pero éste revela algunas desagradables verdades sobre los orígenes de nuestro héroe, empezando así un enfrentamiento brutal

RESUMEN

Clark viaja en metro al tiempo que habla por whatsapp con Jimmy Olsen acerca de que Lois aún no ha hablado con él luego de haberla declarado su amor. En un determinado momento Jimmy alerta de una serie de explosiones en el centro de Metrópolis, lo que provoca que Clark abandone el metro y vuele hasta el lugar, para contemplar como un edición se encuentra ardiendo.

Una voz saca de sus pensamientos a Superman, tratándose de Lobo, el cual está sorprendido de ver como flota en el aire. Nuestro héroe le pide explicaciones, y Lobo responde que ha sido contratado para destruir la ciudad, Superman le pregunta por su origen, más concretamente le pregunta si es kryptoniano, pero Lobo lo niega, y ata cabos, deduciendo que nuestro héroe sí lo es, y cruelmente se jacta diciendo que Krypton murió en un cataclísmo quinientos años atrás y que está solo en el universo. Por su parte Lois y Jimmy están filmando la escena desde un helicóptero del Daily Planet.

Lobo insiste en que ha de terminar su trabajo, y además amenaza a nuestro héroe con matarlo también, pero Superman reacciona y se enfrenta al cazarrecompensas, iniciándose así un brutal combate que es retransmitido para todo el país. El Hombre de Acero recibe una descomunal paliza, pero finalmente se rehace y comienza a golpear a Lobo con todas sus fuerzas ante el asombro de todo el mundo.

Pero Lobo, a pesar de la paliza recibida se jacta de tener un factor curativo, lo que provoca que Superman termine lanzándolo al espacio ante la sorpresa de todos,

Horas más tarde Clark Kent es encontrado malherido entre los escombros que ha dejado la batalla y llevado a un hospítal. La noticia del combate en Metrópolis ha encumbrado a Superman como el mayor defensor de la Tierra, dejando de ser unicamente un justiciero de la Ciudad del Mañana. Lois llega hasta el hospítal recriminando a Clark su imprudencia, pues ella cree que ha resultado herido al acercarse demasiado a la batalla para cubrir la noticia. Nuestro héroe no lo da importancia, y la dice ha Lois que decidió ser valiente como ella y así cumplir con su trabajo, pero Lois termina por confesar que estaba aterrada en el helicóptero y solo podía pensar en él y en su declaración de amor, ambos terminan por besarse, finalizando de esta manera este último capítulo de la serie.

OPINIÓN

Y por fin llegamos al capítulo final de esta gran miniserie. El rito de iniciación del héroe llega a su fin. Una cruenta batalla contra Lobo no solamente le hace descubrir qué es Krypton, si no que además le proclama como defensor absoluto de la Tierra, dejando de ser una leyenda urbana de Metrópolis.

Realmente bien narrada, esta miniserie ha ido encajando poco a poco y de manera muy natural todos los conceptos de la leyenda de Superman, incluyendo el romance con Lois Lane con el que finaliza el cómic.

Lo digo siempre, y hoy no iba a ser una excepción, Lobo en cualquier cómic es sinónimo de diversión y acción. Y me alegra que el cazarrecompensas haya sido el elegido como enemigo con el que Superman se corone como el más grande de los héroes a ojos de todo el mundo. El cómic es absolutamente fresco y divertido. Quizás el dibujo es lo que menos me haya gustado, pienso que tal vez otro dibujate hubiera sido más indicado para lo que se narraba en este capítulo, pero en líneas generales el número es francamente bueno.

Pues hasta aquí hemos llegado con este nuevo orígen del personaje. Lo bueno de Superman es que su leyenda admite historias como esta al tener su orígen mucha capacidad de albergar conceptos nuevos siempre que se mantenga lo esencial, y Max Landis lo ha logrado de una forma fantástica.

Saludos cordiales.

Nacho Rodríguez