J.J Abrams habla sobre su difunta película del último hijo de Krypton, Superman Flyby y toca brevemente la próxima, El Hombre de Acero, dirigida por Zack Snyder y producida por Christopher Nolan.
J.J Abrams escribió en 2002 un guión para un nuevo film sobre El Hombre de Acero, el cual iba a titularse Superman: Flyby. Por aquel entonces, su mayor éxito era la serie de televisión Felicity. La película iba a estar ambientada en un planeta Krypton en guerra, con un villano que trasladaría el conflicto a la Tierra. Abrams habla sobre el joven Clark y lo peligroso que habría sido de pequeño para el matrimonio Kent. A continuación, Abrams habla con Empire Magazine un poco acerca de lo que su película habría explorado y comparte brevemente sus ideas sobre El Hombre de Acero.
«Si tenían la suerte de sobrevivir el tiempo suficiente habrían tenido que comenzar de inmediato a enseñar al chico a contenerse, a no ser tan rápido, a no ser tan fuerte, tan poderoso. Como resultado de ello, psicológicamente habría tenido miedo y dudas de si mismo, así como vergüenza de lo que es capaz. Si extrapolamos eso a la edad adulta, se convierte en un perfil psicológico fascinante de alguien que no pretendía ser Clark Kent, pero que era Clark Kent. Alguien que se había convertido en un personaje que no es capaz o no está dispuesto a aceptar quien era y a lo que estaba destinado. La idea de la película era que el finalmente se convirtió en Superman porque se dio cuenta que tenía que aceptar su fuerza y lo que siempre había sido.»
¿Qué aspecto habría tenido la película de llegar a hacerse? El film, que iba a ser dirigido por Brett Ratner (X-Men: la Decisión Final), contaba como artista conceptual con Harald Belker, cuyos diseños han sido vistos en cintas como Minority Report o Batman y Robin. Os dejo con algunos de sus diseños realizados para el fallido film de Superman.
Todo el cuento de enseñar al Clark niño a contenerse para no matar ni fracturar a nadie "sin querer" es una verdadera joda argumental. En un infante es un detalle que resulta prácticamente imposible de controlar. No por nada el gran John Byrne nos entregó en su versión del hombre de acero la gran solución: "el Clark niño no tenía poderes". Los fue desarrollando a medida que crecía mientras su cuerpo iba paulatinamente absorviendo el poder del sol. De ésta manera, Clark comenzó a adquirir su enorme fuerza recién en la adolescencia, lo que facilitó su adaptación a sus descomunales habilidades físicas y redujo a casi cero el riesgo de haber dañado a alguien por el mero hecho de no controlar su propia fuerza.