Faltan apenas unas semanas para el estreno de «SUPERMAN», la nueva película del Hombre de Acero que promete marcar el renacer del universo cinematográfico de DC bajo la batuta de James Gunn. Y aunque es indiscutible que todo gran lanzamiento necesita una campaña publicitaria sólida, empieza a ser inevitable preguntarse: ¿nos estamos pasando de la raya?
La promoción de «SUPERMAN» está siendo, sin exagerar, abrumadora. Cada semana, cada día tenemos nuevos spots de televisión, teasers de 15 segundos, imágenes promocionales, declaraciones de los protagonistas y entrevistas del director que revelan detalles que muchos preferiríamos descubrir en la sala de cine.
No se trata de que esté mal publicitar una película. Todo lo contrario: la promoción es vital para generar expectación, para atraer al público y para asegurar que una producción de esta magnitud tenga la repercusión que merece. Sobre todo cuando hablamos del primer superhéroe de todos, el icono por excelencia, y de una película que sirve como pilar fundacional para un nuevo universo cinematográfico. Esta cinta es importante, y su campaña debe estar a la altura.
Pero una cosa es generar hype, y otra muy distinta es mostrar demasiado. El equilibrio es delicado, y «SUPERMAN» parece haberlo perdido.
Lo más preocupante, sin embargo, no es solo lo que el estudio decide compartir, sino la actitud de muchos usuarios y creadores de contenido que replican todo este material sin filtros, sin advertencias, y sin el menor respeto por quienes queremos llegar al cine con la ilusión intacta. Se publican clips clave sin señalar si contienen spoilers, se analizan fotogramas como si fueran piezas de un rompecabezas y se sacan conclusiones de entrevistas que deberían quedarse en lo anecdótico. ¿Dónde queda la magia del descubrimiento?
Y lo más triste es que, en muchos casos, da la sensación de que ni siquiera lo hacen por amor a Superman. Lo hacen por likes. Por monetización, por el tráfico fácil, por alimentar algoritmos. En definitiva, para llenarse los bolsillos aprovechando una película que aún ni se ha estrenado. La pasión real por el personaje parece quedar en segundo plano frente a la carrera por ver quién publica primero el nuevo spot, sin importar si con ello están destripando una parte esencial de la experiencia cinematográfica.
La suma de todo esto —tráileres, teasers, entrevistas, declaraciones, spots— está construyendo un panorama en el que casi podemos montar la película en nuestra cabeza antes de que se encienda el proyector. Y eso, al final, va en contra de la experiencia del espectador.
Porque «SUPERMAN» no es solo una marca o un producto a consumir. Es un personaje que lleva décadas inspirando a generaciones. Es el símbolo de la esperanza, de lo que aspiramos a ser. Y su regreso al cine merece ser vivido con asombro, no como una lista de clips ya vistos en redes sociales.
La promoción es importante, sí. Pero el respeto por la experiencia del fan lo es aún más.
«SUPERMAN» se estrena el 11 de julio de 2025.
¿Y tú qué opinas? ¿Demasiada promoción para «SUPERMAN»?
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