Escritora:
Marguerite Bennett
Artistas: Ben Oliver y Cliff Richard

Nuestra historia comienza en un club nocturno en el espacio profundo.
Lobo, un cazador de recompensas, mata a un artista, decapitándolo
y rebanándolo. Doce horas más tarde, ha viajado a un puesto de comercio interestelar
con el fin de cobrar la recompensa
y obtener su próxima
misión. Su contacto allí le
ofrece información que Lobo está buscando, como
un intercambio si Lobo se encarga de un trabajo de contrabando para ella. Lobo acepta el trabajo, sin saber la carga que está llevando.

Esta
versión de Lobo tiene un aspecto diferente, menos atroz, más elegante que la que estamos acostumbrados.

Lobo viaja a través de una parte peligrosa del espacio, y es derribado por unos
piratas espaciales. En la superficie del planeta donde aterriza, se
enfrenta a sus agresores aunque es levemente
herido, pero sus habilidades incluyen
un factor de curación por lo que se recupera rápidamente.

Lobo comprueba el compartimento de carga de su nave. Lobo espera encontrar carga. En lugar de eso, Lobo descubre a aliens
que fueron secuestrados de su mundo natal. Fueron abducidos, amenazados de
muerte, porque sus huesos son
raros y elementales. Están agradecidos a Lobo
profundamente, porque los ha salvado. Pero, cuando Lobo descubre
que sus huesos son valiosos,
los encierra en el casco de su barco, y decide hacer
su entrega.

Lobo va a un cruce de tráfico ilegal en Cruz del Sur, entrega a los alienígenas que ha encarcelado. Cuando rellena
los formularios, Lobo dice que lo peor de
matar está en el papeleo que viene después.

Lobo recibe su recompensa de Rhialla, que lo envió a la misión de contrabando. Parece ser algún tipo de
dispositivo de rastreo, o tal vez un
potente microprocesador.

Lobo viaja a la Tierra, el hogar del
Lobo con el que estamos familiarizados. El nuevo, un Lobo más delgado dice
que el que nosotros reconocemos, el Lobo tradicional,
es un impostor.

El
nuevo Lobo
dice que no le conocemos, y ni siquiera hemos encontrado con él … todavía.

Parece
que hay
una nueva controversia relacionada con DC en Internet cada 15
minutos más o menos. Un incidente surgió
hace poco cuando se anunció que el
Lobo que todos conocemos y amamos (o disfrutamos en pequeñas dosis, como es mi caso), en realidad no es el Lobo real. En cambio, DC está
utilizando el Mes de los Villanos para presentar al Lobo “real”, uno más delgado,
el czarniano más sexy que se ofende por
el impostor que ha estado pasando el rato con Rob Liefeld y mancillando
el nombre de Lobo en los dos primeros años de Nuevos 52.

Mucho
fans de Lobo reaccionaron mal
al anuncio. Pero, como suele
ocurrir en situaciones como esta, el clamor negativo fue exagerado.
Si Justice League # 23.2 demuestra
algo, es que la última transformación del Lobo
es casi puramente física.

Marguerite Bennett ofrece un debut perfectamente
decente para el nuevo Lobo. Por suerte, ella no pierde el tiempo
revisando la historia de su origen, esta versión parece
más siniestra, menos cómica pero
cualquiera que aprecie un tesoro
y el dinero por encima de la
bondad y la compasión, este Lobo
es un personaje despreciable. Esa parte no ha cambiado en absoluto.

Lobo tiene poder, pero no ética.
Como tal, Lobo realmente
puede ser la contraparte de Superman.

Lo
que no me ha quedado claro es por qué ha habido dos Lobos
en esta historia. Pero supongo que esto es sólo la forma que tiene DC de decir: «Adiós a lo viejo, Hola a lo nuevo.»

Ben Oliver y Cliff Richards proporcionan
una buena técnica para este número,
dando a Lobo y sus aventuras un agradable sabor
áspero de ciencia ficción. El arte es muy bueno, y
va perfecto para esta historia.