Ayer me encontré con unas declaraciones de Javier Olivares, del canal La Botella de Kandor, en las que afirmaba que “si la gente no abraza el nuevo proyecto de Superman, el mundo no quiere a Superman”. Con todo el respeto, no puedo estar más en desacuerdo. Y hay que tener mucho cuidado, porque esta persona mueve mucho fandom e influye tanto para bien como para mal en muchas personas.

Superman no depende de una sola versión, ni su relevancia se mide por la taquilla de una película. Lo que realmente importa es cómo se cuentan sus historias y cómo conectan con el momento en que se narran.

Esta afirmación —«si la gente no abraza el nuevo proyecto de Superman, el mundo no quiere a Superman»— es demasiado absolutista y, en realidad, ignora varios factores fundamentales tanto del cine como del público.

Las historias no dependen solo del personaje, sino de cómo se cuentan

Superman no es solo un personaje, sino un símbolo que ha cambiado con cada generación:

En los años 50 era el héroe clásico e inmaculado.

En los 70–80 era el símbolo de esperanza con Christopher Reeve.

En los 2000s y 2010s se tornó más complejo y cuestionado (como en Man of Steel).

Decir que si una película no triunfa, el personaje ya no interesa, es confundir el contenido con el contenedor. Puede que el mundo sí quiera a Superman, pero no ese Superman o ese enfoque narrativo.

El gusto es diverso y dinámico

Cada persona conecta emocionalmente con lo que resuena con su experiencia y valores. Afirmar que «el mundo no quiere a Superman» simplemente porque una versión concreta no tuvo éxito, es ignorar que:

Algunas personas prefieren al Superman brillante y optimista.

Otras se sienten más identificadas con versiones más humanas y con conflictos internos.

Hay quien puede amar al Superman de los cómics, pero no al del cine actual.

Generalizar es injusto y poco riguroso, sobre todo cuando hablamos de un personaje tan cargado de historia y simbolismo como Superman.

Contexto cultural y cinematográfico importa

El éxito o fracaso de una película depende de muchos factores: dirección, guion, ritmo, marketing, competencia, momento social, etc.

Por ejemplo, «Superman Returns» (2006) fracasó no porque la gente odiara a Superman, sino porque no conectó emocionalmente y no aportó nada nuevo.

«El Hombre de Acero» dividió al público, pero generó mucho debate, lo que demuestra que Superman sí sigue siendo relevante.

El valor de la diversidad de opiniones

Decir que «el mundo no quiere a Superman» si una película falla es, en el fondo, una negación de la pluralidad de voces. En un mundo diverso, no hay una sola narrativa válida. Lo sano sería decir:

“Esta versión no conectó con el público general, pero eso no significa que el personaje esté acabado o que no pueda volver a inspirar.”

Conclusión personal

Superman no es irrelevante solo porque una versión no funcione. El personaje es tan universal y adaptable que puede ser reinterpretado muchas veces más. El reto está en encontrar la forma adecuada para el momento cultural adecuado.

En vez de hacer afirmaciones categóricas, lo más honesto y constructivo es escuchar, analizar y entender por qué algo no conectó, sin invalidar la existencia del personaje ni los gustos de quienes sí lo aprecian.

«SUPERMAN» se estrena el 11 de julio de 2025.

¿Crees que si «SUPERMAN» no es un éxito, el mundo no quiere a Superman?

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Por Miss Lane

Diseñé miles de inventos revolucionarios que me habrían convertido en la mujer más rica del mundo… pero los guardé en Megaupload. Ahora dirijo esto a tiempo completo.

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