Fotogramas entrevistó a la actriz Verónica Echegui para tener información de primera mano de Henry Cavill. Verónica Echegui es la única española que ha
trabajado con él hasta la fecha, ¡¡lo llevó en su moto!! ¿Recordáis?
¿Thriller en el que una chica (Echegui) ayudaba a un americano (en la película, claro) a
encontrar a su familia, secuestrada durante sus vacaciones en España?
Fue el bautizo de Verónica Echegui en el cine de acción (“La fría luz del día“, del director francés Mabrouk El Mechri) y su ocasión de conocer sin saberlo al futuro hombre de acero.
“El día que hice la prueba con él, llamé a continuación a una amiga y le
dije, sin saber que sería su siguiente papel: He hecho una prueba con
Superman, con un Superman moderno. Cuando me enteré, me partía: era su
destino, tenía que pasarle. Por su aspecto físico, por su percha, su
manera de estar, de caminar, tan erguido, esa anchura de hombros que
tiene…Su fisonomía es la de un súper héroe, con esos ojos azules, ese
mentón, esa frente y cara cuadrada…Su belleza es la de un Superman. Él
no necesita kryptonita: es un toro”.
“Yo conduzco motos desde hace mucho tiempo, pero tenía que llevarle a
él y era una escena de acción que requería interpretación, tenía que
haber tensión y me daba mucho miedo que se me cayera, o que tuviéramos
un accidente, porque él no quería llevar casco, y yo le insistía en que
se lo pusiera porque si le pasaba algo me iba a sentir fatal, pero me
dijo: yo me hago cargo de esa situación si ocurre. Producción dio el ok,
pero yo iba acojonada en la moto, porque él es tan grande… Como había
tanto juego físico y tanta acción, estaba todo el rato muy pendiente de
si yo estaba bien, de si me hacía daño, muy caballeroso y muy
compañero”.
“La prueba con él fue maravillosa, tenía que haber un desencuentro, y
siendo él así como es y yo tan española pues funcionó muy bien. Nos
conocimos precisamente en la prueba. Él ya estaba elegido, no tuvo que
pasar prueba, pero yo iba bastante nerviosa. Estuvo muy atento a mí, muy
pendiente, hubo muy buen rollo, me conecté con el cielo y conmigo misma
y me salió muy bien. El equipo empezó en Alicante, yo allí no estuve, y
luego pasamos un mes en Madrid. Le gustó mucho salir por aquí, disfruta
mucho con la comida y con la bebida, con el vino y el alcohol, se lo
pasó pipa en Madrid. Pero es una persona muy hermética, es difícil que
se abra, conocerlo en profundidad es complicado. Me llamó la atención
que sabía mucho de cine, tiene cultura cinematográfica, no solo de
Estados Unidos, sino de actualidad y de historia del cine universal.
Conoce autores europeos, no solo los top. Tiene bagaje cultural en
cuanto al cine”.
“Pensé desde el principio que era alguien que encajaría muy bien en
el star system hollywoodiense, porque aparte de ser tan guapo, tan
hombre, tan grande, tenía brillo, carisma… Es muy inglés en cuanto a
las formas, muy polite. Y muy trabajador: súper puntual, muy concentrado
todo el tiempo en su trabajo. Iba al rodaje a trabajar, no a hacer
amigos ni a agradar, sino a rodar estrictamente sus escenas, lo que le
tocaba. Práctico, muy práctico. Creo que es un Tauro muy Tauro. Un tío
que hace más con sus actos que con las palabras, que no regala nada y no
adorna nada: es lo que ves, tal cual, muy claro. Aparentemente sabe
muy bien lo que quiere y si no quiere algo lo dice, pone sus límites y
se desenvuelve perfectamente. Demuestra lo que le importan las cosas con
la dedicación y la implicación que pone en ellas, y supongo que le
ocurre lo mismo con las personas, aunque no lo he conocido tanto en lo
personal como para poder hablar mucho de él en ese terreno. Conste que
es mi percepción de lo que yo viví con él durante el tiempo que duró el
rodaje, porque no hemos vuelto a tener contacto. Me pareció alguien que
calibra mucho sus pasos, que opera más desde la retaguardia, que lo
medita todo muy bien, y muy activo luego a la hora de ejecutar, con
sentido del negocio, de la industria, muy conocedor del medio y de su
trabajo. Y que tenía muy claro hacia dónde quería ir, cuál era su
dirección”.