Escritor: China Mieville
Lápices: Mateus Santolouco, Carla Berrocal, Riccardo Burchelli, Liam Sharp,
Jock, Tula Lotay, Marley Zarcone, Brendan McCarthy, Emma Rios, Emi Lenox, Jeff
Lemire, Frazier Irving, David Lapham, Carmen Carnero, Sloane Leong, Kelsey
Wroten, Michelle Farran, Annie Wu, Zak Smith, Alberto Ponticelli y Dan Green
Entintadores: Eva De La Cruz,
Frazier Irving, Annie Wu y Zak Smith

En un pequeño pueblo llamado
Littleville (nunca mejor dicho), un grupo de niños se agolpan alrededor del disco que han encontrado.

Una
de las chicas, llamada
Gwen, gira el disco y se convierte en la
super-villana Suffer Kate. Cambiando en
muchas formas diferentes, Gwen roba
algo de dinero y se va con sus amigas.

En un callejón, los chicos se encuentran con unos matones, uno de ellos, llamado Tibb, quiere
que el nuevo disco. Uno de los niños, Al, toma el mando y se transforma en un nuevo
villano para hacer frente a estos
matones.

Finalmente,
los policías
se presentan y Al se lleva a todos también. Pero, de repente, un francotirador le dispara a la chica y el disco vuela lejos de él y
a los brazos de Ben.

Ben se hace cargo del equipo
SWAT sin ayuda y se
transforma en uno de los nuevos
supervillanos.

Poco
después, un hombre
llamado Ciempiés también intenta recuperar el disco.

Él
y Ben
pelean hasta que finalmente Ben es noqueado. Uno de
sus amigos recoge el disco para
luchar contra el Ciempiés
cuando se da cuenta que no hay Q en el mando giratorio
que le permite transformarse. Esto se explica porque, a diferencia de
sus amigos, no es «bastante
mala».

El
Ciempiés le muestra cómo funciona y cuando se da la
vuelta, es noqueado por Rescue Jill.

Permitidme que lo diga porque sino no me quedo a gusto… ¡¿Qué coño es esto?!

Te
preparas para el Mes de los Villanos, al principio todo parece ir bien cuando
lees títulos como Darkseid, Lobo, Sociedad Secreta y entonces aparece Dial E.
Menos mal que el número es corto, porque lo he tenido que leer tres veces y aún
no estoy muy convencido si me he llegado a enterar de algo o no.

Dial
E no
tiene nada que ver con la Liga de la Justicia o realmente con el Universo DC en absoluto (aunque hay un momento en el que se menciona Metrópolis, pero eso es todo, ya
está).

La villana que aparece en la portada del cómic, ni siquiera aparece en la historia. Ni una
sola vez. Y tras tres lecturas, aún estoy intentando recordar el nombre
de alguno de los villanos. Me ha sido imposible retenerlos en la memoria.

El
principal punto de venta de Dial E
puede ser la gran variedad de artistas que han colaborado en este número. Cada página está a cargo de un  dibujante diferente. Muchos
nunca han aparecido en un cómic de Los Nuevos 52 pero visto lo visto, igual ni vuelven a aparecer. Podría ser una delicia ver todos los
diversos estilos e innovadores en el número, aunque, como era de esperar, el enfoque no lleva a mucha cohesión
visual. Los estilos de cambio no ayudan al lector en absoluto a
engancharse a la historia.

El
número puede mejorar hacia el final ya
que podría tener una mayor vinculación a la narrativa actual de la serie principal, pero en ese momento
y es demasiado tarde.

En
resumidas cuentas, la
historia no es mala, es lo siguiente, no es relevante
para la Liga
de la Justicia
o por lo menos yo lo veo así, tampoco lo es para el Universo DC en
su conjunto. Así que si estás leyendo esto, y no
lo has leído, el único consejo que te doy es que no lo hagas. Con que me haya
deprimido yo al leerlo y al hacer esta reseña, es suficiente. Hacía mucho que
no me quedaba sin palabras para calificar un cómic. Las historias de Morrison
para Action Comics, fueron una fumada buena y tenían un pase, pero esto? Esto
es una bazofia, por decirlo de alguna manera muy fina.