Allison Mack, Chloe Sullivan de «Smallville», cuenta su versión de la historia tras pasar un tiempo entre rejas por su papel en la secta sexual NXIVM, y admite que «le emocionaba el poder» y que era «emocionalmente agresiva».
Allison Mack, en el papel de Chloe Sullivan, fue una parte muy importante de «Smallville». Aunque es poco probable que hubiera llegado a hacer mucho más que algún que otro papel en televisión, la actriz seguramente habría sido muy popular en las convenciones entre los fans de la longeva serie de Superman.
Al final, Mack acabó pasando casi dos años en una prisión federal por su participación en la secta sexual NXIVM. Ahora, cuenta su historia en un podcast de siete episodios, Uncover, de la CBC, titulado «Allison After NXIVM», que se estrena hoy.
El líder de la secta, Keith Raniere, cumple una condena de 120 años por tráfico sexual, extorsión, fraude y otros delitos. Aunque se presentaba como un grupo de superación personal, la realidad era mucho más siniestra. Mack era una de sus maestras encargadas de reclutar esclavas sexuales y entregarlas a Raniere (que a menudo las marcaba y abusaba sexualmente de ellas).
En el primer episodio del podcast, Mack admite haber ignorado deliberadamente gran parte de lo que ocurría en NXIVM, diciendo: «Me impedí a mí misma escuchar cosas que me habrían resultado incómodas».
Convencida de que Raniere la estaba manipulando y preparando, al igual que a las demás mujeres de la secta, explica:
«Si reconocía que Keith nos estaba manipulando a todas y que se trataba de una estrategia para satisfacer su propia perversión, tenía que reconocer lo que había elegido y que había hecho daño a otras personas».
Cuando se reveló que Raniere había estado explotando a niñas menores de edad, un año después de que Mack fuera acusada por primera vez, la actriz se declaró culpable de los cargos de crimen organizado y se volvió contra su antiguo líder. Recuerda haber pensado:
«No sé cómo es posible que esto sea cierto, pero voy a declararme culpable, porque soy culpable. Y creo que eso es cierto. Y voy a confiar en que estaré en terapia durante años después de esto, y descubriré cómo sucedió».
Mack explica cómo Raniere la atrapó, la manipuló y la engañó. También revela que sufrió explotación sexual cuando era niña, tanto dentro como fuera del plató. Cuando se lo contó al líder de NXIVM, este supuestamente le dijo que podía ayudarla «intimiando físicamente» con la estrella de «Smallville».
A pesar de ofrecer muchas explicaciones (o excusas) para sus acciones, Mack admite haber victimizado a otras mujeres y se describe libremente como «emocionalmente agresiva» y «insensible».
«Yo era la intermediaria entre él y esta persona», dice sobre una de las víctimas de Raniere. «Mi trabajo consistía en transmitirle lo que debía hacer con él para su crecimiento. Cuanto más decía ella: «Tengo miedo, no quiero hacerlo», más yo le decía: «Tienes que hacerlo, y cuanto más esperes, mayores serán las consecuencias». Comenzó la coacción, y la presión, y la presión, y la presión. Y entonces fue como una violación».
«Sí, me excitaba el poder que sentía al tener a estas mujeres jóvenes y hermosas mirándome y escuchándome», continúa Mack. «Y sí, la sexualidad de todo ello era excitante».
«La gente asume que soy una pervertida», añade la actriz. «Pero eso no es lo que pasó, lo que fue para mí. La gente puede creerme o puede pensar que soy una mentirosa y no escucharme. Pero siento que al menos tengo que decirlo en voz alta por mí misma, una vez».
Aunque la carrera de Mack como actriz ha terminado, desde que salió de prisión está cursando un máster en trabajo social. También se ha casado con Frank Meeink, un antiguo neonazi que ahora da conferencias contra la radicalización.
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