«El Superman De John Byrne o la versión más adulta del personaje»

Bienvenidos nuevamente a esta sección aperiódica en la que damos nuestra opinión acerca de distintos temas acerca del Hombre de Acero. En esta ocasión, voy a exponer por qué para mí el Superman Byrne es el Superman definitivo.

Érase una vez un mundo idílico llamado Krypton, sus habitantes eran un prodigio físico y mental, pero ¡¡oh cielos!! un trágico día una inexplicable reacción en cadena en el núcleo del planeta provocó un cataclismo que causaría la explosión del planeta, el cual, dejaría un ¿único superviviente? el pequeño Kal-El, lanzado por sus padres Jor-El y Lara en un pequeño cohete rumbo a la Tierra en donde encontrado por un matrimonio llamado Kent que se encuentra a las puertas de la vejez, lo acogen en su bucólica granja y el bebé se hace hombre convirtiéndose en el mayor héroe conocido.

Una premisa interesante pero que en manos de guionistas que a través de los años fueron creando un bagaje a veces ridículo e innecesario al personaje, con conceptos como caballos, monos, perros y gatos con los mismos poderes que nuestro héroe además de numerosos supervivientes de la destrucción de Krypton que terminaron por ponerle a Superman un halo de desgaste e infantilismo que ya se completaba con la angustiosay perpetua duda de Lois Lane con respecto a la identidad secreta del kryptoniano.

Como digo todo eso, bajo mi opinión propició una caída del podio en el que el héroe se encontraba, y fue tras la maravillosa historia «¿Qué fue del Hombre del Mañana?» y las «Crisis en Tierras Infinitas» que DC Comics decidió relanzar todo, empezando por Superman su buque insignia.

Y en esas llegó John Byrne con sus ideas «revolucionarias» con respecto al personaje, y oye… qué buenas que fueron.

De entrada prescindió de todos los kryptonianos supervivientes al cataclismo, empezando por Supergirl, pilar fundamental durante muchos años del kryptoniano, adiós perros, monos, caballos, gatos superpoderosos, resucitó a los Kent, convirtiéndolos en un matrimonio joven cuando encuentran al pequeño Kal-El, y mandó a la Fortaleza de la Soledad al olvido.

Dejo para el final la clave de este nuevo y relanzado Superman, que no es ni más ni menos que un Krypton totalmente distinto a lo visto hasta ese momento, un mundo tecnolóligico seco y estéril, sin emociones, devastado por una guerra librada miles de años atrás y que a la sazón será el motivo principal por el que el planeta verde termina explosionando, un final absolutamente coherente heredado de la miniserie «El Mundo de Krypton» del propio Byrne y con dibujo de Mike Mignola.

Y es así como vemos a un Jor-El hastiado de la sociedad en la que vive, y que consciente del final trágico que sobreviene decide lanzar a su hijo aún no nacido (genial esas cámaras y matrices de gestación, ¿verdad señor Snyder?) a pesar de la oposición de una Lara fría y que no entiende al infierno al que piensa mandar Jor-El a su hijo (el bebé pisará tierra no procesada).

Pero no es ningún infierno a donde irá Kal-El, su padre Jor-El estudiará los hábitos humanos y es a través de este estudio que se dará cuenta de que se ha enamorado de Lara, un sentimiento olvidado en Krypton durante milenios, brindándonos una escena brutal declarando un amor mientras todo a su alrededor se hace pedazos y el bebé no nacido emprende rumbo a la Tierra.

Y ya en la Tierra, Kal-El nacerá, y crecerá feliz y ajeno a su origen, mostrando poco a poco sus poderes, y tendremos guiño a Marvel porque Kal-El, llamado Clark en la Tierra pensará que es un mutante, y sus poderes le harán ser un héroe local sí… pero del fútbol americano, algo que desagradará a Pa Kent, que terminará por enseñar a su hijo el misterioso cohete en el que lo encontraron, y que servirá como trampolín para el héroe que está por llegar.

Y el héroe llegará años después, tras viajar por el mundo, y establecerse en Metrópolis, tras salvar a Lois como Clark, no como Superman, otro gran acierto de Byrne, en esta nueva versión no es Superman fingiendo ser Clark, aquí Clark Kent es el protagonista y el traje de Superman es su anonimato.

Esto hará que tegamos un Clark Kent en el Planet muy a lo George Reeves, aguerrido y con personalidad, alejado del Clark patoso del Superman de Christopher Reeve, pero que como Superman toma de referencia al imponente kryptoniano que intepretó el mítico Reeve.

Y todo a su alrededor será nuevo, Luthor será una suerte de Kingping de Marvel, que ya no se sentirá el primer ciudadano de Metrópolis a raíz de la llegada de Superman, y será detenido por querer probar hasta donde llegan los enormes poderes del kryptoniano, jurando en ese momento que acabará con él.

Lois ya no vivirá en una perpetua angustia, aquí será una mujer moderna, independiente, hija del general Sam Lane. Una tía dura, con un par de ovarios bien puestos, y por si eso os parece poco se nos brindará una fantástica versión adulta y peligrosa de Bizarro, una doliente Lana Lang, amargada por haber perdido a Clark, su amor de juventud y anclada en Smallville, además seremos testigos de una tensísima relación con un vigilante de Gotham llamado Batman, potenciando en definitiva a los secundarios del mito creado por Siegel y Shuster que cobran por el buen hacer de Byre una tridimensionalidad genial y bajo mi opiniónnunca antes vista.

Y diréis.. ¿Y qué pasa con su faceta alien? Calma amigos, la descubrirá durante una visita familiar a Smallville, allí un holograma defectuoso de Jor-El le revelará quién es y de donde procede y Clark asumirá su faceta kryptoniana, pero como conocimiento curioso de una vida que pudo ser, porque él se siente y comporta como un ser humano por todo lo que inculcaron en él los Kent.

Por todos estos motivos, esta es la versión definitiva de Superman, y tal véz tu opinión sea otra, o tal vez esta misma, ¿qué más da? Lo importante es que todos tenemos nuestro propio Superman que nos hace vibrar.

Saludos cordiales.

Non.

Por NON

Nacido en Valladolid (España) en 1975. Fascinado por el personaje desde el momento en el que me llevaron con poco más de tres años al cine a ver "Superman The Movie". Voraz lector de cómics de Superman, el Hombre Murciélago, y sí, lo confieso... También de Marvel. Aficionado al Rugby y a pasarme horas viendo capítulos repetidos de Los Simpson (Homer Simpson es mi segundo ídolo), acompañado de un refresco de cola. En mis horas laborales me podréis ver subido en una ambulancia, en algún que otro rato libre por aquí poniéndome la capa roja del mayor héroe de todos los tiempos.

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